
Cuando era pequeña nunca me imagine que haría de la docencia mi profesión de vida, no recuerdo bien que quería ser pero sé que no era algo relacionado con ser maestra…mmm por lo menos no recuerdo haberle dado clase a mis muñecas o algo así.
Lo que si es que desde que estaba en la primaria, daba una especie de “mini asesorías” a mis compañeros de clase cuando se les dificultaba algún tema para los exámenes, cosa que continúe haciendo cuando entré a la secundaria y posteriormente en la preparatoria (CBTIS 40), en este nivel ayudaba a pasar a compañeros sus exámenes extraordinarios en el área de biología y química pues eran de las materias que mas me gustaban y tenía buenas notas, les explicaba por las tardes en mi casa, y me sentía muy feliz de compartir con ellos su alegría cuando se libraban de tener que recursar la materia el siguiente semestre.
Cuando llegó el momento de hacer los exámenes de vocación resulté con muy buena puntuación en el área administrativa, pero yo no quería una carrera en un área que consideraba como rutinaria, pues siempre me he considerado una persona que le encanta la innovación, así que escogí ser química-bióloga, me encantaba la idea de los laboratorios, el equipo, la indumentaria y todo lo que rodea la carrera, con este fin fui toda emocionada con mi maestra de química (Profra. Elba Mendoza, estricta pero muy buena maestra) a darle la noticia de que me pensaba ir a la UNISON a seguir su carrera. Recuerdo muy bien que ella estaba sentada en la sala de maestros, me miró cuando le di la noticia, y me dijo “Que bien Calleros, sólo que quiero decirte algo, la carrera es muy bonita pero tienes que considerar que área vas a escoger cuando llegue el momento, Conservación de Alimentos o Análisis Clínicos”, yo le dije que me gustaba Análisis Clínicos, “Entonces sabes que vas a tener que manejar TODO TIPO de sustancias orgánicas como …..” Hasta ahí terminó mi sueño de ser química bióloga!!, no me veía con el estómago para hacer lo que me decía :S.
Analicé entonces otra de las materias que me gustaban mucho, Computación, y opté por estudiar la carrera de Lic. En Informática, que para mi buena fortuna impartía el Instituto Tecnológico del Mar, a sólo 15 minutos de mi casa.
Así fue como llegué a mi carrera profesional, que llevé en 4 años y medio, tiempo en el que me apasioné cada vez más con el mundo computacional y todas las posibilidades que ofrece. Después de este tiempo me gradué y empecé en la búsqueda de trabajo, logrando colocarme en una Mueblería como encargada del área de venta de artículos de computación, mis funciones incluían vender, hacer pedidos, llevar inventario de existencia, preparar máquinas con el software o hardware necesario, hacer instalaciones a domicilio, y atender solicitudes de soporte técnico de los clientes.
Una amiga desde la preparatoria y compañera de carrera, Concha Montoya, ya trabajaba en el Colegio Ilustración dando clases y me avisó que iban a ocupar a una maestra de computación para Secundaria, me presenté a la entrevista con la Hna. Directora General y logré que me dieran el puesto. Esto fue en Junio de 2003. Después de un par de años me dieron también las asignaturas de Preparatoria.
En Julio del año pasado mi papá estaba viendo el periódico y me dijo “Mira, viene la convocatoria para el nuevo COBACH que van a poner aquí en Guaymas, solicitan maestro para Informática”, yo me interesé de inmediato y chequé los requisitos, que afortunadamente los cumplía todos, así que preparé mi documentación y al día siguiente me dirigí al Plantel Empalme, nuestra ciudad vecina, a hacer mi solicitud. Pasé los siguientes días preparándome para el examen de oposición que sería en el mismo plantel, conseguí laptop y proyector para mi examen práctico, y preparé cuidadosamente mi tema de “Evolución de las computadoras”.
El día del examen llegó y recuerdo que estábamos en un aula los aspirantes para realizar el examen teórico, llegaba y llegaba gente, en total acabamos siendo alrededor de 26, una vez terminado el examen, en el mismo turno pasábamos a nuestro examen práctico consistente en una clase de 15 minutos frente a jueces. Cuando terminó me sentía contenta y satisfecha, así como también un poco cansada por la tensión y la espera.
Después de unos días llamé para saber el resultado pero todavía no se sabía nada, fue una compañera maestra la que me dio la buena noticia “¿no has hablado?, ¡¡quedaste!!”, yo ya se imaginarán súper feliz, emocionada hasta mas no poder.
Me reporté a las oficinas de Empalme y luego a las de Guaymas, donde conocí a la Maestra Aída Robles Vega, mi directora y una excelente persona.
Casi he cumplido el año aquí en COBACH Guaymas y debo decir que ha sido de las experiencias más gratificantes de mi vida, me gusta mucho ser maestra, trabajar con jóvenes de media superior me permite asumir proyectos más complejos e interactuar en un nivel de madurez más alto. Mis motivos de satisfacción son muchos, el ver preparados a mis alumnos, el interactuar con ellos, capacitarme, aprender de las lecciones que los propios alumnos nos enseñan. Los motivos de insatisfacción, bueno, hay ocasiones en que es la falta de interés de algunos alumnos por los estudios en general, pensando que los papás siempre los van a sacar adelante o por flojera. Pero como quiero terminar con lo positivo añado a mi lista de satisfacciones el estar en una profesión dinámica y realmente hermosa y fascinante, en el que ayudas a un ser humano a formarse el camino de su vida.
Gracias por leerme, les mando un saludo!